Una ruta por el barrio perdido, es decir, por los lugares desaparecidos de ciutat vella que haremos revivir a partir de los vestigios que quedan en el espacio público. El recorrido es una reflexión alrededor de la particular relación entre el recuerdo y el olvido, la remembranza y la nostalgia.
La cuestión que queremos abordar con esta ruta es la relación que tenemos con un lugar cuando se produce un déficit simbólico, es decir, cuando su significado original queda inadvertido, está distorsionado por el recuerdo o, simplemente, cae en el olvido. Por regla general podemos distinguir aspectos diferenciados de la necesidad de recordar en relación con la desorientación y el desánimo que provocan la desaparición o la distorsión de aquello que es objeto de memoria. Una cosa es la remembranza colectiva desencadenada por el deseo de fijar para siempre jamás el sentido que tiene un lugar y otra cosa bien distinta son los aspectos individuales de este recordatorio cuando se carga, por ejemplo, sobre la nostalgia. Ver desaparecer el paisaje íntimo, aquel que tenemos interiorizado (locales, calles, rincones de juego, etcétera) a menudo se vive como una pérdida traumática y, por eso, tendemos a recordar los lugares con un relato impostado, repleto de emoción, que deforma el significado de sus elementos constituyentes. Al mismo tiempo, este relato con el que pretendemos fijar el sentido que habíamos dado a un lugar está mediatizado por la visión del grupo social hegemónico que impone, en gran medida, lo que quiere que olvidemos y lo que merece ser recordado.